miércoles, 9 de enero de 2013

Gravelines

Esta vez nos vamos bien lejos, a Flandes, en el extremo norte de Francia. Y a una de las ciudades emblemáticas de aquellas famosas guerras que enfrentaron a la monarquía hispana con media Europa: la ciudad fortificada de Gravelinas, escenario de una sonada victoria de Felipe II en 1558 y de no menos trascendentales derrotas un siglo más tarde. Ante sus costas también se desarrolló el drama de  la Armada Invencible en 1588, con la única verdadera batalla naval entre la flota inglesa y la española. Hoy es una interesante localidad del veraneo, ajena al bullicio de los cercanos puertos del Canal, que ha conservado gran parte de las construcciones militares renovadas a principios del siglo XVIII.

Nombre: Gravelines
Departamento: Nord
Region: Nord-Pas de Calais
Localización:  50.9867598, 2.1261983
Distancia a la frontera (La Jonquera): 1.165 km.
Contacto: Oficina de Turismo de Gravelines (00 +33 3 28 51 94 00)
Mejor no perderse:
- un paseo a pie por las murallas y en barco por sus canales
- alguno de los abundantes festivales en torno al patrimonio y los deportes náuticos y los conciertos gratuitos en verano
- las playas
Ruta asociada: Flandes marítimo (Costa de Ópalo).
En las proximidades: las ciudades de Dunquerque y Calais,  grandes puertos que unen el continente con la Gran Bretaña; la gran ciudad de Lille.
Especialidades regionales: El queso de Maroilles, excelente para degustar y cocinar. Las cervezas de Flandes. Los platos a base de arenque y conejo. Los mejillones con patatas fritas (una aberración gastronómica que puede estar muy rica)
Soles Out of France:

En ningún recorrido por la costa flamenca francesa puede faltar una visita a Gravelinas, e incluso resulta recomendable como base para quien prefiera el turismo familiar, la playa o la navegación. Las numerosas animaciones que se ofrecen para mantener el interés de los turistas la convierten también en uno de los polos de atracción regionales si se está planeando una larga estancia por la zona. Aunque hemos señalado en el resumen los grandes núcleos urbanos próximos, que complementan perfectamente el tranquilo ambiente de Gravelines (nosotros la visitamos en agosto y aquello era casi un remanso de paz), también podemos encontrar cerca otras pequeñas localidades muy interesantes, por su pasado, por sus actividades y por su patrimonio arquitectónico. Ya hablaremos otro día de ellas.

Los canales que rodean el centro urbano, y los que la unen con el mar a través del río Aa permiten utilizar desde barquitas turísticas eléctricas y canoas, hasta pequeños veleros, y disfrutar también de interesantes recorridos por el mar abierto. Las anchas e interminables playas de Flandes, aunque no ofrecen la garantía de sol de las mediterráneas, ofrecen, eso si, un seguro contra las aglomeraciones.


La ciudad conserva íntegro su cinturón de murallas y la ciudadela, reconstruídos por Vauban en 1708, donde se realizan también actividades culturales. En la costa se conserva también la fortificación menor del Grand-Fort-Philippe, que alberga un museo del mar, la pesca y el salvamento marítimo.

Como en casi todas las ciudades de esta zona, se ha recuperado el sonido de los carrillones de campanas, una de las más acendradas tradiciones flamencas.


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