lunes, 7 de enero de 2013

Montinhac

No estaba previsto, pero este fue el centro de nuestro viaje de bodas, y a fe que no nos equivocamos. La tranquila y modesta localidad de Montinhac (Montignac, en francés) puede ser una de las mejores bases para conocer el Perigord, sin tantos agobios como en otras más publicitadas. Decir Perigord es mencionar el arte de vivir, como bien saben los miles de ingleses y holandeses que allí se han instalado. Disfrútenlo antes de que la presión turística lo convierta en otra cosa.


Nombre: Montinhac (Montignac)
Departamento: Dordogne
Región: Aquitania
Localización: 45.065277 N, 1.161089 E
Distancia a la frontera (Behobia): 246 km.
Contacto: Oficina de Turismo de Montignac (00 +33 5.53.51.82.60)
Mejor no perderse:
- un descenso en canoa por el río Vézère, tan largo como sea posible
- los mercados semanales con productos de la región, en Montignac y las localidades próximas. En verano hay mercados nocturnos.
Ruta asociada: Valle de la Dordogne.
En las proximidades: Gruta de Lascaux, las más espectaculares pinturas del Paleólítico en Francia. Castillo renacentista de Losse.
Especialidades regionales: El 'foie' de pato y oca. Las trufas. El aceite y el vinagre de nuez. El 'quinqui' (aperitivo a base de vino y nueces). Las castañas y sus múltiples derivados. Las setas.
Soles Out of France:

La parte más antigua de la villa, la que se extiende a partir de la plaza Carnot, creció a lo largo de la orilla derecha del Vézère, en el estrecho espacio entre el castillo y el río. Hoy la mayor parte de las construcciones las encontramos en el otro lado, donde se sitúa casi toda la actividad comercial, pero un paseo por cualquiera de las orillas proporciona unas relajantes vistas. Aunque no se trata de un conjunto estrictamente 'conservado', la población aún cuenta con bastantes edificaciones históricas y, sobre todo, con un entorno delicioso abundante en yacimientos arqueológicos, castillos, jardines y poblaciones de gran interés (ya iremos hablando de ellas)




La iglesia principal (Saint-Pierre-ès-Liens) conserva un buen ejemplo de pintura religiosa española: la 'Muerte de San Bruno' de Juan Sánchez Cotán. Durante el mes de julio se celebra un festival de músicas y danzas del mundo, pero lo más interesante sigue siendo, durante todo el año, la fascinante gastronomía perigordina y la tranquilidad ambiental que se respira. 

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