lunes, 1 de abril de 2013

Arbois

Arbois dispone de dos grandes cartas de presentación para cualquier localidad: unos excelentes vinos, con denominación de origen propia, y una extraordinaria chocolatería, Hirsinger. Si no fueran suficientes argumentos, también podemos señalar que fue la ciudad preferida de Louis Pasteur, donde creció, donde conservó sus amistades juveniles y a la que regresó casi todos los veranos hasta muy poco antes de su muerte. Una casa-museo mantiene la memoria y alberga su laboratorio.

Ciudad: Arbois
Región: Franco-Condado
Departamento: Jura
Localización: 46.903838,5.772228
Distancia a la frontera (La Jonquera): 662 km
Contacto: http://www.arbois.com  00 33 3 84 66 55 50
Mejor no perderse:
- una visita a la chocolatería Hirsinger
- otra visita a alguno de los numerosos establecimientos especializados en la venta de vinos locales, o a los museos del vino que poseen algunas de las bodegas más importantes.
- la casa-museo de Louis Pasteur (lo cierto es que nosotros no pudimos verla debido al cierre anual, pero parecía interesante).
- el pequeño priorato cluniacense que existe a la salida del pueblo
Ruta asociada: Viñedos del Jura

En las proximidades
- Salins-les-Bains. Localidad termal y con unas antiguas e importantes minas de sal gema.
- Las salinas reales de Arc-et-Senans. Ambos establecimientos han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.
 Especialidades regionales: los vinos de Arbois, blancos y tintos. El vino amarillo (vin jaune), con seis años de crianza; las pequeñas botellas en que se vende es lo que resta de un litro de vino tras esta larga espera. El pan franc-comtois que se vende en la misma plaza, al lado de la chocolatería, hecho con queso comté y salchicha de Morteau (posiblemente uno de los mejores en toda la región).
 Soles Out of France:
El centro de Arbois, pequeña capital comarcal, conserva parte de sus antiguas murallas y algunas viviendas de los siglos XVII y XVIII, pero fue casi completamente remodelado en el siglo XIX. Guarda, con todo, un aire armonioso de otra época y una cierta vitalidad comercial, que animan al visitante, restos de la prosperidad que proporcinaban antaño sus viñedos. Fue uno de los lugares que ofreció más resistencia popular a la ocupación francesa del Condado en tiempos de Luis XIV. Todavía aparece señalado el puente donde las milicias locales se enfrentaron -inútilmente- a las tropas del rey de Francia, al grito de '¡Viva el rey de España!' (Carlos II), señor del Franco Condado hasta 1679.

Para quienes practiquen el turismo familiar, la zona también ofrece la posibilidad de numerosas excursiones por las montañas próximas, la visita a un par de grutas carsticas (nada del otro mundo, pero entretenidas), un pequeño museo local que puede visitarse en una de las antiguas casas señoriales, la pesca y los recorridos en canoa, fáciles de encontrar en un territorio tan rico en agua y magníficos paisajes naturales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario